domingo, 21 de octubre de 2007

tecnologia al servicio de los pobres


Hoy fui a la cancha, empatamos en uno no solo por nuestras propias limitaciones sino fundamentalmente porque el arbitro beligoy nos perjudicó. No nos dio un claro penal y les dio uno "dificil" a ellos, entre otras cosas.
Me quede pensando cuanto faltara para que el fútbol incorpore (como el tenis o el rugby) la tecnologia para comprobar jugadas dudosas, alguien me sugirió que eso haria perder espontaneidad y picardia al futbol, puede ser, pero se la hara perder sobre todo a los que en los mundiales usan camisetas amarillas y en la argentina la que el multireelecto grondona disponga, asique no me importa.
Pensar que antes lo puteaba pero ahora añoro las epocas en que castrilli dirigia parejito y te echaba 4 de river en pleno gallinero.
Probablemente aún con tecnologia de por medio el poder se las rebusque para cagar a los mas chicos, pero por lo menos van a tener que mejorar las formas porque me da la sensación que cada vez les importa menos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Le tecnología es un lujo sólo para ricos y poderosos !!!
En todo caso, los pobres asisten a la fiestita de lo moderno sencillamente para que se demuestre, sin dudas, que han perdido merecidamente.
Igual, no pierdas la fe (porque es lo último...)

Anónimo dijo...

pensar que la tecnología va a enmendar o -mejor dicho- evitar los horrores de los árbitros es un verdadero disparate. o por lo menos una mirada sonsa de la cuestión. quien así piense estará seguro que con la puesta en funcionamiento del voto electrónico se acabarán los fraudes; otro disparate. en el mejor de los casos, quien así piense sufre una alta dosis de ingenuidad.

por otra parte, el árbitro es parte del juego. no está mal que el jugador intente engañar al árbitro. lo que está mal es que los árbitros estén gordos y perezosos y arbitren a 30 metros de la jugada; lo que está mal es que los árbitros estén más pendientes de su protagonismo que de impartir justicia (como los periodistas, a quienes mata el yoísmo, si me permiten el neologismo); lo que está mal es que haya árbitros pagos que inclinen la cancha por unos mangos; lo que está mal es que el hombre del anillo que dirige la afa diga a dedo quién dirige tal o cual partido para empujar para uno u otro lado; lo que está pésimo es que pensemos que con una cámara, un micrófono o una pantalla vamos a solucionar las injusticias en el fútbol.

qué imbecilidad es esa de tranquilizarse encomendando a las máquinas –inventadas y manipuladas por nosotros los hombres- el deber de impartir una justicia que debe impartir el árbitro de carne y hueso. para qué cuernos están los árbitros si no es para jugar junto con los otros 22 muchachotes. buenos árbitros y menos negocio necesitamos, muchachos, no máquinas.