martes, 13 de noviembre de 2007

Jauretche y las pasteras


Hoy, 13 de noviembre, aniversario del nacimiento de don Arturo, guía "espiritual" de esta bitácora y de quien la escribe, es un buen día para reflexionar sobre el conflicto de las pasteras y aportar una mirada "jauretcheana" sobre este asunto, que inesperadamente (o no tanto en realidad) vino a complicar las relaciones con los hermanos yoruguas.
Pocos saben, porque la historia oficial habilmente ha retaceado información al respecto, que la existencia de Uruguay como país independiente tiene directa vinculación con los intereses de la corona británica en estas tierras, y se enmarca en un esquema geopolítico, que se repite en otros lugares del mundo.
Vamos para atrás en el tiempo, Uruguay (la Banda Oriental) era parte constante y sonante del ex Virreinato del Río de la Plata, transformado después de la independencia de España en Provincias Unidas del Río de la Plata o algo por el estilo. Pese a algunos celos siempre vigentes de Montevideo con Buenos Aires, los uruguayos, con su líder de entonces José Gervasio de Artigas, nunca se imaginaron fuera de las Provincias Unidas aunque las soñaban como Confederación y no como república unitaria como querían en Buenos Aires.
Imposibitados de derrotar al caudillo por las armas (San Martín por ejemplo, nunca quizó mover sus tropas para combatirlo) y temerosos de su prédica federal y popular en las otras provincias, el gobierno porteño hizo la vista gorda a la invasión de Portugal-Brasil al Uruguay (que siempre lo habían ambicionado) pese a que era parte de su territorio.
De esta manera se sacaron de encima a Artigas aún a costa de perder un pedazo del incipente país.
Pero los uruguayos (y argentinos) nunca se resignaron a la invasión del imperio esclavista y desde una Buenos Aires ya gobernada por federales, se organizó pocos años después la contraofensiva que llevaría a la guerra Argentino-Brasilera y al triunfo de los criollos.
Claro que este triunfo en los campos de batalla (y en el mar) fue después derrota en el escritorio. Allí, Lord Ponsomby, representante de su "Graciosa Majestad", terció para que Uruguay fuera un estado independiente que actuara como "tapón" a las pretensiones de los dos países "grandes", Argentina y Brasil de controlar la entrada del Río de la Plata, en esos tiempos - 1828 - vital para el comercio inglés.
De esta manera, contrariando los deseos de su caudillo histórico, Artigas, Uruguay pasó a ser un país independiente separado de su pertenencia histórica y, por su reducido tamaño, mucho más vulnerable a la presión de las grandes potencias. Imaginense, sí con el tamaño que tienen Brasil y Argentina son vulnerables a la presión de los imperios, que queda para Uruguay.
Algo de esto llega hasta nuestros días. Dificultado de desarrollarse económicamente, Uruguay deposita sus esperanzas en el desarrollo forestal primero (vienen cultivando bosques desde hace 15 años por lo menos) y en las pasteras después, pasteras que para la producción económica uruguaya, tienen un peso enorme y por lo tanto se convierten en esenciales para este país.

¿Y contra que conspira este desarrollo?. Pues por los problemas que ha generado con Argentina (más allá de las razones de cada uno), contra la unión de los países suramericanos, que es - como lo ha mostrado Europa, el único camino posible para el desarrollo de nuestros pueblos. Uruguay, 179 años después cumple su función histórica, para lo que fue creado, divide y reinaras...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy ilustrativo el post.
Una duda existencial que seguramente contará con una respuesta seria de su parte: que hay con las pasteras de este lado? existen? desde cuando? donde?
Abrazo

Lisandro dijo...

Si, existen, es más, dicen que dicen, que la pastera se iba a instalar en Entre Ríos pero el goberna se despachó pidiendo una parva de ...exigencias y cruzaron el río, pero el problema es otro, las trabas a la unidad continental que repreesenta la posición y la debilidad intrinseca de los yorugas, que no por casualidad, en el siglo XIX terminaron jugando contra Rosas y en el 55 bancaron a los libertadores...

Anónimo dijo...

QUE FALTA NOS HARIA UN JAURETCHE CARAJO¡